Afganistán

Sánchez se pliega a Podemos y aparta al Ejército de un segundo rescate en Afganistán

Pedro Sánchez Ejército
Pedro Sánchez recibiendo a los últimos militares en volver de Afganistán.
Pelayo Barro

El Ejército español y sus militares se empeñaron a fondo durante las casi dos semanas que trabajaron incansablemente para sacar a colaboradores afganos y a sus familias de Kabul. Una operación por la que fueron ampliamente felicitados por un presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no dudo en unirse a las medallas por la «misión cumplida». Sin embargo, Moncloa dejará fuera de una segunda operación de evacuación a las Fuerzas Armadas. En parte, por las reticencias planteadas por Podemos a involucrar a militares en estas labores.

En las Fuerzas Armadas no existe la palabra «improvisación». Cada escenario está planificado al milímetro con antelación, con alternativas ante cualquier variación de rumbo que sufra una misión. Por ello, el Estado Mayor ya disponía de un detallado plan para realizar una segunda fase de evacuación de personal afgano, centenares de colaboradores que no pudieron ser rescatados a tiempo y aún viven en peligro en Afganistán. Una misión que estaba previsto ejecutar cuando las negociaciones entre EEUU, la Unión Europea y los talibanes llegasen a un acuerdo.

Sin embargo, pese a tenerlo todo preparado y puesto en conocimiento del Gobierno, Moncloa les ha sacado del plan. De producirse esa segunda fase del rescate, como parecerá que ocurrirá, los militares españoles no jugarán ningún tipo de papel en ella. Así se lo ha comunicado ya el equipo de Pedro Sánchez a Defensa y al propio Estado Mayor.

Misión «civil»

No habrá, por tanto, una reedición de imágenes de aviones de transporte A400M aterrizando en Kabul o en otros aeropuertos del país, ni miembros del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) creando pasillos para los evacuados, ni mucho menos incursiones de miembros de operaciones especiales.

Esa segunda fase será, explican a OKDIARIO fuentes cercanas a la elaboración de estos planes, «puramente civil». Estará coordinada directamente por Moncloa y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Esa es, también, la posición que defiende el Gobierno ante la Unión Europea, que ya negocia esa nueva operación para traer refugiados.

Podemos, incómodo con la misión

El hecho de sacar a los militares de la ecuación, explican estas fuentes, tiene un componente político: en el seno del Gobierno de coalición se produjeron diversas fricciones entre los socios, PSOE y Podemos, por el papel protagonista que asumió el Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas. Algo que ha ocurrido en otras ocasiones recientes, cuando los militares han asumido un papel relevante en la intervención ante graves crisis, como la pandemia o la tormenta invernal ‘Filomena’ que asoló el centro de la Península. Es ampliamente conocida la animadversión de algunos ministros de Podemos hacia la titular de Defensa, Margarita Robles, con frecuentes encontronazos públicos.

Cabe destacar un hecho: durante las dos semanas que se alargaron las evacuaciones, la presencia de ministros del PSOE en la base aérea militar de Torrejón de Ardoz (Madrid) fue muy habitual, con hasta 11 visitas en sólo 5 días. En cambio, la presencia de dirigentes de Podemos fue testimonial, sólo una: la de la vicepresidenta Yolanda Díaz el día en que el Gobierno recibió al último de los aviones. Un escenario en el que Podemos no se siente cómodo, asumen las fuentes consultadas, y que no pudo rentabilizar mediáticamente.

Con ese guiño, Moncloa trata de enfriar las relaciones cada vez más tensas entre los socios de Gobierno, deterioradas en las últimas semanas por el aumento sin control del precio de la luz.

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